Esta web inserta cookies propias para facilitar tu navegación. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Puedes cambiar la configuración u obtener más información en nuestra Política de Cookies | Aceptar
El transporte marítimo, viento en popa

Good news! Junto a la buena marcha económica, el sector también prosiguió su tendencia alcista en materia de seguridad y por tercer año consecutivo en 2020. No obstante, este aún debe afrontar los retos del Covid, aplicar lo aprendido con el incidente del Ever Given y enfrentar el cambio climático y cibernético. Así las cosas, el número de grandes buques perdidos se mantuvo en mínimos en un contexto donde los reportes disminuyen continuadamente, según narra el informe Safety & Shipping Review 2021 elaborado por la aseguradora Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS).


De esta guisa, el texto alude a los percances declarados por barcos de más de 100 toneladas. Así, el ejercicio anterior, se registraron 49 pérdidas totales, el segundo menor del siglo, lo que representa una bajada del 50% en una década, mientras que la cantidad de notificaciones en general se redujo un 4%, de 2818 a 2703. A este respecto, el sur de China, Filipinas, Indonesia e Indochina siguen conformando la zona más conflictiva donde sucede un tercio de los siniestros (16). Entre ellos, los cargueros (18) suponen algo más de una tercera parte de las naves extraviadas y el 40% de todas las desaparecidas el pasado decenio.

Entre los factores que influyen, cabe destacar, cómo no, la pandemia, pese a que su impacto ha sido menor de lo esperado, pues el comercio marítimo está, actualmente, en vías de superar los datos de 2019. Sin embargo, la situación es incierta debido a la escasez de contenedores vacíos y la congestión portuaria en hora punta, sin olvidar la salud física y mental de la tripulación tras largos períodos embarcados a causa de cuarentenas y repatriaciones motivadas por el SARS – CoV-2.

PIRATAS Y MEGABUQUES
De hecho, la frecuencia de los partes se mantiene con mayor coste en lo relativo tanto al salvamento como a la maquinaria y el casco originado por la falta de espacio libre en los astilleros y los retrasos en la fabricación y entrega de repuestos, ya que el riesgo es proporcional al creciente tamaño de los navíos. Buen ejemplo son los incendios a bordo cada vez más habituales al ocultar la carga peligrosa o su peso real. De ahí la importancia de desarrollar cadenas de suministro más fuertes y diversificadas.

Cambiando de tercio, cabe mencionar otras circunstancias como la piratería tradicional, esa que vemos en las películas, enmarcada al 95% en el Golfo de Guinea con 130 tripulantes secuestrados en los 22 asaltos conocidos en 2020, la cifra más alta hasta la fecha. Por otro lado, las principales navieras han sido víctimas de ciberataques, algo que preocupa por la importancia del transporte marítimo en la geopolítica mundial, lo que se refleja en los seguros. El balance, con todo, es positivo.